¿Puede el pasado volver de entre los muertos como si nunca hubiera ocurrido nada? Tal parece que en el caso de Temple, apodado el "Duque asesino", la respuesta a esa pregunta es SI.
Porque, o los fantasmas existen, o Mara Lowe, aquella jovencita que apareció muerta años atrás y por la que su reputación quedó por los suelos al ser él el sospechoso de su muerte, tiene una hermana gemela que viene a reclamar sus derechos.
Siendo sincera, la historia ha estado interesante. No todos los días la persona que supuestamente te hizo tener el colorido mote de Duque Asesino, vuelve de entre los muertos para poner todo patas arriba de nuevo.
Después de tres libros, me da rabia ver que las expectativas que tenía con este libro se han evaporado como un globo.
Mara ha sido un personaje con el que no he podido conectar desde el principio y de hecho, me ha caído bastante mal a lo largo de la historia. No solo hace que Temple sea apartado de la sociedad como si fuera un apestado pensando que la había asesinado años antes, sino que encima cuando vuelve, no le cuenta la verdad y hace todo lo posible por seguir dando por saco.
Con lo fácil que habria sido contar todo...aunque claro, no habría habido historia.
Y Temple...es lo único que salva un poco la historia. Ver todas las fases por las que pasa desde que sabe que no ha sido un asesino hasta que descubre toda la verdad. Pero de nuevo, no me he creído mucho su historia romántica.
Digamos que, en conjunto, me han gustado sus actuaciones, pero si profundizo en el romance, me ha dejado fría. Eso sí, la escena final como siempre con esta autora, el azúcar vuela por los aires.
En definitiva, una historia que hace que pases un rato agradable pero que es bastante olvidable en mi humilde opinión.
El que sí tengo ganas de leer ahora es el de Chase, porque su escena final ha sido de infarto y la sinopsis de su libro me ha hecho darme cuenta de algo que no me esperaba y que me parece un giro de lo más interesante.
En cuanto pueda, voy a por él de cabeza.
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