
Un duque necesitado de una esposa ve aparecer delante de sus ojos a una mujer vestida completamente de blanco y reclamando su dinero. ¿Por qué no aprovechar la oportunidad, matar dos pájaros de un tiro y ofrecerle un contrato aún más jugoso?
Emma fue a cobrar un vestido de novia y ahora se encuentra con que quieren que ella sea la novia. ¿Será capaz de aceptar el trato de aquel conde del que solo conoce el nombre?
Así es como empieza esta historia romántica que me ha llevado por una auténtica montaña rusa de emociones. Y todas han sido positivas.
Tenía esta lectura pendiente desde hace dos años y gracias a una amiga que me animó, me puse con él sin planificarlo mucho y con miedo a tener otro parón lector debido a que leí tan buenas críticas que me esperaba una gran decepción....pero qué va, todo lo contrario.
Si bien es cierto que el protagonista es muy cabezón e insensible durante gran parte de la novela, por no decir hasta el final, ha sido una historia fresca, agradable y, sin duda, muy divertida.
No había leído nada de esta autora hasta la fechay con este libro me he convertido en incondicional. La historia tiene todos los clichés típicos de este género, pero el empiece con esa proposición y lo que viene detrás de trama le ha dado tal vuelta de tuerca, que aunque los clichés volaban, no me importaban para nada y solo estaba deseando seguir leyendo capítulos sin parar.
Desde la pareja protagonista, en donde caes a los pies de ella (sí, de ella) en cuanto empiezas a leer; pasando por los secundarios, todos aportan unas escenas muy buenas de amor, amistad y carcajada asegurada.
Las amigas de Emma son unas "rarezas" adorables y los sirvientes de la casa de Ash tienen tan arraigado lo de casamenteras que meterán a los protas en situaciones bastante comprometedoras. Pero el que se lleva el premio al personaje más divertido es Breeches, el gato. Sí EL GATO, en mayúsculas. Nunca pensé que una mascota de un libro pudiera darme tantas alegrías y carcajadas. La escena de la habitación es sin duda una de las más graciosas que he leído en mi vida y solo espero que en los próximas siga teniendo un protagonismo notable, aunque sea de vez en cuando.
En definitiva. Una lectura totalmente inesperada, que se deja leer fácilmente y con la que vas a pasar momentos de desesperación, carcajadas y escenas románticas en cada capítulo.
Si bien es cierto que el protagonista es muy cabezón e insensible durante gran parte de la novela, por no decir hasta el final, ha sido una historia fresca, agradable y, sin duda, muy divertida.
No había leído nada de esta autora hasta la fechay con este libro me he convertido en incondicional. La historia tiene todos los clichés típicos de este género, pero el empiece con esa proposición y lo que viene detrás de trama le ha dado tal vuelta de tuerca, que aunque los clichés volaban, no me importaban para nada y solo estaba deseando seguir leyendo capítulos sin parar.
Desde la pareja protagonista, en donde caes a los pies de ella (sí, de ella) en cuanto empiezas a leer; pasando por los secundarios, todos aportan unas escenas muy buenas de amor, amistad y carcajada asegurada.
Las amigas de Emma son unas "rarezas" adorables y los sirvientes de la casa de Ash tienen tan arraigado lo de casamenteras que meterán a los protas en situaciones bastante comprometedoras. Pero el que se lleva el premio al personaje más divertido es Breeches, el gato. Sí EL GATO, en mayúsculas. Nunca pensé que una mascota de un libro pudiera darme tantas alegrías y carcajadas. La escena de la habitación es sin duda una de las más graciosas que he leído en mi vida y solo espero que en los próximas siga teniendo un protagonismo notable, aunque sea de vez en cuando.
En definitiva. Una lectura totalmente inesperada, que se deja leer fácilmente y con la que vas a pasar momentos de desesperación, carcajadas y escenas románticas en cada capítulo.
Lo único es que no sé si está en español, ya que yo lo he leído en su versión original inglesa. Si tenéis la oportunidad de conseguirlo, leedlo, no os arrepentiréis.
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