Un hombre que necesita con desesperación a una institutriz y una mujer que aparece delante de su puerta para algo totalmente diferente.
¿Será capaz de trabajar en algo que nunca ha hecho? Las niñas que ella ha visto solo saben hacer funerales para sus muñecas y tienen unas conversaciones de lo más extrañas...pero también están necesitadas de cariño y su tutor, ese conde arrogante no se los da.
Definitivamente Alexandra tendrá que fingir ser una institutriz si quiere que esas niñas tengan todo lo que necesitan.
Puede que no esté siendo objetiva con esta novela, pero la he disfrutado tanto de principio a fin que poco me han importado el insta - love de los protas y algún que otro suceso bastante increíble para cualquier época pasada.
Tanto Alexandra como Chase ha sido una pareja excepcional a la hora de leer. Ambos con sus luces y sus sombras, han mantenido un romance bastante acelerado pero bonito y han tenido unos diálogos dignos de enmarcar, sobre todo en la parte cómica. Pero ellos por sí solos no han tomado el gran protagonismo de la novela; las dos pupilas de Chase de 10 y 7 años han tenido mucho que ver en mis máximas estrellas.
Normalmente los niños en este tipo de libros suelen ser más un parte "pesada" de la historia que aportar realmente algo a la misma. Pero en esta ocasión nos encontramos con que ellas son, en parte, el lazo que une a los protagonistas y hará que, poco a poco, se vayan conociendo, admirando y enamorando.
Y ellas tampoco se libran de un pasado oscuro y hasta un poco deprimente; ya que al ser huérfanas, han estado pasando de un pariente a otro sin que nadie las quiera en realidad hasta que llegan a Chase y son acogidos bajo el ala de Alexandra "falsa institutriz"Mountbatter.
No quiero decir más para no spoilear. Tan solo decir que es una lástima que esta autora no tenga libros traducidos al español porque son totalmente refrescantes a pesar de contar con muchos clichés de este tipo de novelas. En esta, sin ir más lejos, el mensaje de que el amor puede con todo está todavía más arraigado que en el primer libro, y solo espero con ansias poder leer el tercero
Tanto Alexandra como Chase ha sido una pareja excepcional a la hora de leer. Ambos con sus luces y sus sombras, han mantenido un romance bastante acelerado pero bonito y han tenido unos diálogos dignos de enmarcar, sobre todo en la parte cómica. Pero ellos por sí solos no han tomado el gran protagonismo de la novela; las dos pupilas de Chase de 10 y 7 años han tenido mucho que ver en mis máximas estrellas.
Normalmente los niños en este tipo de libros suelen ser más un parte "pesada" de la historia que aportar realmente algo a la misma. Pero en esta ocasión nos encontramos con que ellas son, en parte, el lazo que une a los protagonistas y hará que, poco a poco, se vayan conociendo, admirando y enamorando.
Y ellas tampoco se libran de un pasado oscuro y hasta un poco deprimente; ya que al ser huérfanas, han estado pasando de un pariente a otro sin que nadie las quiera en realidad hasta que llegan a Chase y son acogidos bajo el ala de Alexandra "falsa institutriz"Mountbatter.
No quiero decir más para no spoilear. Tan solo decir que es una lástima que esta autora no tenga libros traducidos al español porque son totalmente refrescantes a pesar de contar con muchos clichés de este tipo de novelas. En esta, sin ir más lejos, el mensaje de que el amor puede con todo está todavía más arraigado que en el primer libro, y solo espero con ansias poder leer el tercero
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